Las corbatas, aliadas perfectas para añadirle elegancia a tus atuendos, merecen ser cuidadas para que duren más tiempo en óptimas condiciones y siempre que las utilices luzcan como nuevas.
- Evita que estén en contacto con el agua porque podría hacer que se deformen. Si quieres limpiarlas, lo más aconsejable es llevarlas a la lavandería para que las limpien en seco y luzcan siempre impecables.
- Siempre que te retires la corbata no olvides deshacer el nudo y colgarlas, esto hará que las arrugas desaparezcan. ¡Nunca las guardes con el nudo hecho!
- Almacénalas dentro de tu armario, pues así evitarás que la luz dañe el brillo o el color de tus corbatas. El sol es uno de los mayores enemigos para protegerlas.
- Procura rotar tus corbatas, es decir, no usarla dos días seguidos, pues al igual que tus zapatos también necesitan un descanso.
- Evita a toda costa las manchas y esto es posible si utilizas un prensa corbatas. Si ya están manchadas, lo mejor es dejarlo en manos de expertos para la limpieza.
- Lo más recomendable es que tengas un corbatero (o varios, depende de la cantidad de corbatas que tengas) de esta forma su almacenamiento será mejor.
- Si no cuentas con un corbatero y tienes una gaveta desocupada guárdalas ahí, pero la forma correcta es doblarlas por la mitad y enrollarlas.
- Cuando llegues a tu casa y te quites la corbata guárdala en su respectivo lugar. No la dejes sobre la cama o alguna silla.
Guardar de forma correcta tus corbatas te ayudará a que estas conserven su forma original y estén listas para ser utilizadas en cualquier momento. El material con que están elaboradas las convierte en unos accesorios delicados, así que toma nota de los consejos que te dimos anteriormente.
Si tienes dudas, recuerda que nuestros sastres en Emporium se volverán tus mejores aliados cuando necesites cualquier tipo de asesoría. Recuerda que una de las prendas más esenciales en las cuales un hombre suele mostrar su personalidad es el traje.