Comprar la ropa más cara no necesariamente te hace verte elegante. Es cuestión de actitud, postura, además de lo que vistes, naturalmente. No necesariamente debes nacer siendo elegante. La elegancia es algo que se puede trabajar. “La elegancia es eficacia y sencillez. Si este concepto se aplica a la imagen, es más simple de entender. El negro es elegante, pero llevarlo solamente, no te hace elegante”, explica Andrea Vilallonga, asesora de imagen personal.
Para entender el concepto, la asesora explica que al pensar en elegancia, se debe pensar en una línea vertical. En lo visual, todo lo sencillo y estilizado, puede parecer más elegante. La falta de elegancia no significa automáticamente ser vulgar. Significa ser otras cosas, que no necesariamente están mal, pero que no funcionan si el objetivo principal es ser elegante.
Lo siguiente desvía el propósito de tener una imagen sencilla y elegante:
- Volantes
- Estridencias
- Estampados exagerados
- Accesorios demasiado llamativos
- Todo lo que tenga mucho volumen visual
Al momento de preguntarte cómo lograr la elegancia en tu vestuario, recuerda la típica frase de “menos es más”. Toma en cuenta los siguientes consejos para conseguir más elegancia en tus atuendos:
- La indumentaria que elijas debe ser sencilla y con pocos contrastes.
- El cabello no debe tener grandes volúmenes.
- El maquillaje debe ser lo más sencillo posible.
- Los accesorios tampoco deben ser exagerados ni llamativos.
- Mantén una postura erguida y estilizada.
- Controla tus gestos y usa gestualidad controlada.
- Cuida tu expresión oral, no solo es saber el vocabulario adecuado, también moderar el tono y el timbre de la voz.
- Ten una actitud sonriente, agradable, amable y evita ser altivo, prepotente o engreído.
- Debes saber cómo adecuar cada indumentaria para cada ocasión. Saber que vestir en que ocasión especifica.
- Ser guapo no significa que automáticamente ya eres elegante. Es algo que definitivamente tienes que lograr con el conjunto de todos los elementos mencionados arriba.
No te sientas abrumado. No es necesario que seas elegante todo el tiempo, en todos lados. Debes utilizar tu criterio para saber cuándo puedes y debes ser elegante, y cuando puedes dejar a un lado la elegancia para ser espontáneo, cercano, alegre, etc.
Por Redacción Comercial | Prensa Libre
Fuente: Asesora de imagen personal, Andrea Vilallonga, Good Manners and Etiquette.