Puede que la idea de agregar un chaleco a tu atuendo formal no sea algo que sea de tu agrado. Sin embargo, es una prenda que al saberla combinar, te dará un toque de distinción casi inmediato.
Su uso se remonta a muchos siglos atrás. El origen del vestir formal tradicional masculino se remonta a la época victoriana. Cuando surge el vestir de traje, el traje original era de tres piezas: pantalón, saco y chaleco, todas eran piezas obligatorias.
Lo era porque antes las camisas no tenían botonadura y el chaleco servía para ajustar y proteger las prendas. También para continuar en un atuendo formal y hacer todas las labores cotidianas, los hombres solían quitarse el saco y quedarse “en mangas de camisa”, conservando el chaleco como parte de la formalidad.
El saco servía más para abrigar y tenía una función estética, al igual que el chaleco, que además favorecía la silueta masculina. Su función era entallar y estrechar la figura y era el equivalente masculino al corsé de las mujeres. Algunos incluso tenían varillas o soportes y servían como fajas en momentos de montar. Sus usos dejaron de ser para trabajos fuertes y empezaron a ser únicamente parte de la indumentaria formal, en especial a principios del siglo XX. Por ejemplo con los banqueros en los años treinta, la indumentaria de El Gran Gatsby en los años 50, o en los 70, el mejor ejemplo del vestuario de esta época es Travolta lo usó para la película Saturday Night Fever. Y su influencia continúa, viene y va.
Atiende las recomendaciones de sus usos actuales, que por lo general sirve para mantener el protocolo:
- No es como el saco, que le quedan dos pulgadas entre el pecho y el saco cuando lo abotonas, es más holgado. Al chaleco le debe quedar media pulgada entre tu pecho, pues es una prenda más ajustada.
- El largo del chaleco debe ser media pulgada debajo de tu cintura. La cintura está a dos dedos debajo del ombligo. No tiene el largo del saco y nunca debe sobrepasar la altura del saco.
- En un traje de tres piezas, el chaleco debe ser de la misma tela que el pantalón y el saco.
- En combinaciones más casuales, el chaleco puede ser de otro color.
Tipos de chalecos
Los hay cruzados o rectos. Igual como en un saco o en un blazer, la recomendación para abotonarlo es la misma. El chaleco cruzado tendrá un botón interno, que se abotona para agarrar forma y el último botón nunca se abotona, al igual que en un chaleco recto.
También está el chaleco pullover, que no tiene botones y parece un suéter sin mangas. Son casuales y su uso es más recomendado para el invierno porque te abriga y al mismo tiempo te da facilidad de movimiento. Es una prenda versátil que puedes usar también con corbatín, pero debes tener mucho criterio para poder combinarla y usarla para que se te vea bien y no te veas anticuado.
Por Redacción Comercial | Prensa Libre
Fuente: Etiqueta para profesionales. Margot McCloskey Colón, Guía práctica de urbanidad para desenvolverse con éxito en el ambiente empresarial y social. Álvaro Gordoa, asesor de Imagen en el Colegio de Imagen Pública en la Ciudad de México.